domingo, 8 de julio de 2012

No era feliz...



No era feliz...

Entonces, escribió un libro, plantó un árbol,
tuvo un hijo y tampoco pudo decir que lo era.

Entonces, escribió otro libro, plantó más árboles
y tuvo varios hijos, pero nada cambió.

Entonces, escribió sobre el árbol, tuvo cinco mil
libros, plantó a sus hijos, y fue más desdichado.

Entonces, plantó los libros, le escribió a sus hijos
y se sintió más desgraciado.

Entonces, cerró el libro, le habló a sus hijos y
se durmió bajo el árbol para siempre

En ese lugar hay una placa que dice:

                    "Yace aquí un hombre que
                            se olvidó de amar a los
                                árboles, a los hombres
                                        y a sus hijos"

                                           Jorge Bucay

Ciao.

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