miércoles, 3 de julio de 2013
Utilizemos la voz del amor...
Recobremos las palabras que tanta falta nos hace oír y decir...
Volvamos nuestro ambiente más dulce, hablemos con ternura, sembremos calidez en las conversaciones,
No solo el permiso, el por favor o el gracias... Sino el elogio, a las cosas buenas que el otro brinda, su atención, su compañía...
Animemos al otro con buenos comentarios, regalemos caricias mirando a los ojos, un gracias por estar.
Volvamos a poner dulzura en la voz...
Llenemos el otro lado de la balanza de la crítica.
¡Qué bien se siente el cambio, puede sorprenderte el resultado!
Ciao.
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