sábado, 10 de agosto de 2013

Me lo contaron los hombres...



¿Me lo contaron los hombres, o fue un sueño?
Déjame que te lo cuente yo a ti.

Las olas del mar lucían mantillas de espuma blanca, unas a otras se salpicaban y besaban la orilla.
Era de noche cuando me acerqué para que me contaran su fiesta.
- " Allá en la montaña - me gritan - vive un hombre de Dios. Le hemos visto rezar de noche y fatigarse durante el día. Ve allí, a la montaña, si mañana estas aquí, veras a las doce lucir una estrella".
Ese hombre de Dios - me enteré después - baja muy de mañana al pueblo que se encuentra al pie de la montaña. Trabaja con ilusión, sin olvidar a su Dios. Al terminar su labor comienza la ascensión pura y dura, con su borrico de carga. Cuando más fuertemente pega el sol, se encuentra todos los días junto a la fuente clara de la montaña. Su boca pastosa se aliviaría con el agua, pero puede siempre más su amor, y cada día ofrece ese pequeño dolor a su Padre Dios.
El cielo en recompensa, con la luz del medio día, dibuja entre las nubes una estrella, todos los días.
Han pasado unos meses, y un joven se ha acercado a contemplar la vida de aquel pobre anciano.
Un muchacho sin años, que pide aventuras, le quiere imitar. Pero el anciano le disuade:
- " No podrás pequeño sufrir esta vida."
Pero él insistió tanto que trataron de poner su tesón a prueba.

Rezaron de noche a su Dios, y muy de madrugada bajaron con leña en el borriquillo al trabajo duro del amanecer.
Los dos trabajaron, el viejo y el joven. Terminando la labor, de nuevo tirando del jumento iniciaron la subida.
El pequeño se cansa y sonrie. ¿ No podrá más?
Las piedras le hacen perder el equilibrio, cae y se levanta, sacude su alforja y sigue adelante.
Ahora se le van los ojos hacia la fuente.El muchacho mira al agua y mira al viejo:
 -Si el viejo no bebe. ¿Podre beber yo?.
Y el viejo, otra duda :
- ¿ Me mortificaré, Señor? ¡No beberá el niño si yo no bebo!.

Indecisión, ¿Mortificación o caridad? 

Una de las dos ha de postergarse en aquel momento, y pudo mas la caridad.
- "Beberé para que él se atreva a beber."
El viejo se acerco a la fuente y bebió de ella. Al muchacho se le escapo un grito de alegría y se volcó en las aguas.

Los dos descansan, pero el viejo reflexiona.
- "¿Me sonreirá hoy el cielo con su estrella?

Y con temor levantó lentamente sus ojos a las nubes. En el cielo aquel día lucieron dos estrellas.

Ciao.

1 comentario:

seanzorton dijo...

MUY BONITO, PERO DEBE INDICARSE LA FUENTE. ESTO LO LEÍ YA EN LOS AÑOS 60 DEL SIGLO PASADO, Y COMO ES LÓGICO TIENE AUTOR CONOCIDO.