Quienes encuentran el camino del Señor, viven entregados por conversión y no se atemorizan ante situaciones difíciles.
Al ser capaces de sentir y desear la presencia divina, gozan de seguridad y manejan el estado sorprendentemente,
Poniendo la confianza en el Señor, conduce por camino recto, aunque sintieran en ocasiones derrumbar la existencia.
Llena de consuelos, cubre sufrimientos y tribulaciones.
Cuando la esperanza está en El, actúa para bien de todos.
Los pesares vividos, no disminuye la abundancia de amor, menos, aleja de la presencia.
El peso del dolor y las penas no quiebran la comunión.
La gracia fortalece y cubre de la santa voluntad.
Por fuertes y duras que existan las pruebas, provee la virtud de la paciencia y reconforta corazones afligidos.
La bondad de la gracia no espera de grandes o pequeños sufrimientos, concede luz que alegran rostros y apaciguan angustias.
Lo manifestado por el Señor, son consecuencias de acciones y palabras que acompañan la conversión, vivificada en respuesta de fe.
Las maravillas del Señor, expresan obras llevada al hijo.
Hagámonos participes del alimento que ofrece a quienes lo buscan.
LEONARDO ANDUJAR ZAITER
Ciao.
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