viernes, 16 de agosto de 2013
¿Un bebé enfermo? ¡No gracias!
Estoy segura que todos, cuando esperamos un bebé, tenemos nuestras preferencias: Niño o niña, pelo rubito o morenito, ojos claros u oscuros, piel morena o blanquita... Y salvo algunos padres que están dispuestos a abortar según salga niño o niña (aunque lo más normal es que se aborten niñas, por ejemplo en zonas rurales de China donde solo se puede tener un hijo, o en India por el problema de la dote en las mujeres), todos los demás estamos dispuestos a aceptar el crío que nos llegue y con el aspecto que tenga. Eso sí, si viene con alguna enfermedad, la cosa cambia.
Muchas parejas no están dispuestas a aceptar hijos con enfermedades, deficiencias ni malformaciones y prefieren que les quiten ese peso de encima, aunque la excusa no sea esa sino que no quieren que el niño sufra, a cargar con la cruz de un hijo “roto”, “estropeado”, “defectuoso”, como si pudiésemos traspasar al embarazo, las características de la economía capitalista y del libre mercado y así cambiar el “producto hijo”, porque algunos creen que, hasta que no nace, es como si estuviese en garantía y pudiesen devolverlo, es decir, matarlo.
Como si la enfermedad y el sufrimiento fuese motivo para morir o matar, para ser descartado, desechado, para no ser querido...
¿Qué pasará con esas parejas que han planificado perfectamente su vida y que luego se les tuerce la cosa? Por ejemplo con una enfermedad grave de la pareja, una paraplejia, una invalidez de cualquier tipo? ¿Será ese el motivo para abandonar a tu esposo, a tu esposa y buscarse otro que cumpla con los requisitos de esa vida perfecta que te habías planeado? ¿Y tu madre? ¿Qué harás cuando sea anciana?, La aparcarás en cualquier residencia aunque ella no quiera en vez de atenderla como ella te atendió en tu niñez? (por favor, nadie se enfade, hay casos en los que si puede estar justificado, pero la mayoría no).
Los problemas no se dejan de lado, se afrontan y un niño que viene enfermo lo que más necesita es de tu cariño, de tu fuerza, de tu entrega, ¿o es que a los hijos sólo se les quiere si cumplen las expectativas de los padres?
La cruz es algo hermoso cuando se acoge con amor, pero si no hay amor, verás la cruz como símbolo de dolor y muerte.
Ciao.
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