lunes, 18 de noviembre de 2013

"La manzana de Blancanieves"



Todos  recordamos terroríficas y míticas historias acerca de venenos mortales inmersos en suculentos y vistosos  alimentos.
Curiosamente la manzana roja suele utilizarse, en numerosas ocasiones, como símbolo representante del alimento, quizá por su llamativo color y su perfecto y brillante esmalte.
Esta apariencia perfecta  y de vistosidad saludable fueron los atractivos de la manzana que envenenó a Blancanieves.

A veces, la virtud y el atractivo de las cosas están solo en su apariencia. No hay maldad más tirana que la que escoge la pariencia de la pureza y de la virtud.

En  este mundo desarrollado, tenemos la suerte o la desgracia, según queramos mirarlo, de vivir una ola explosiva, vibrante, llena de vida, de tecnología, de belleza, de perfección sintética.
Un mundo en el que tenemos en nuestras manos la elección de poseer cuanto se nos presenta en bandeja, una bandeja de oro con el género más atractivo para los sentidos.
El precio que debemos pagar algunas veces: Dejar de ser lo que somos por naturaleza, para elegir ese "veneno" que nos deslumbra, pero que nos hará perder nuestra propia esencia y nuestros principios.
En la vida, como en las historias literarias y mitológicas, cuando las cosas parecen demasiado buenas, no suelen ser verdad o esconden una trampa. Pensemos antes de elegir.

Ciao.


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