sábado, 8 de marzo de 2014

La Cuaresma: Tiempo de conversión y gracia



Empezamos el tiempo santo de la Cuaresma, tiempo litúrgico fuerte, tiempo espiritual intenso, cuarenta días de camino hacia la Pascua de Cristo, nuestra Pascua.

Queremos, con la ayuda del Espíritu, que sea un tiempo de gracia. Un tiempo de conversión, es decir, de renovación, de rejuvenecimiento, de superación. Un tiempo para crecer, para ser, para amar.

Crecer: En la fe, en la esperanza, en la caridad, en el conocimiento de Cristo, en el desarrollo de las propias capacidades y talentos.

Ser: En línea de autenticidad humana y cristiana. Ser más humanos quiere decir más libres, más responsables, más justos y solidarios. Ser más cristianos quiere decir ser más conscientes y consecuentes de lo que confesamos y creemos, estar más compenetrados con los criterios y actitudes de Jesucristo, identificarnos con él.

Amar: Porque éste es el verdadero camino para el crecimiento y la vivencia cristiana. Somos y creemos en la medida que amamos. Y amar significa compartir, servir, entregarse. Es un camino que nunca acabamos de recorrer.

Por eso no es un tiempo triste. Se trata de un tiempo gozoso. Tiempo de humanización y de divinización. Tiempo de libertad, de creatividad, de interioridad, de verdad, de crecimiento espiritual, de rejuvenecimiento.Tiempo de cambio, de conversión que te plenifica como persona.Es tiempo de salvación y de libertad.

Mirad, Dios no está en nuestra contra. Dios está de parte del hombre y quiere ejercer misericordia con los que reconocen, con valentía, su realidad más descuidada.

El Señor nos invita a salir de nosotros mismos y a recorrer un camino insospechado, como lo hizo Abrahán y todos los que, como él, han puesto su confianza en el Señor.

Un camino de cinco semanas, donde se nos invita a morir al hombre viejo, como el grano de trigo en la tierra, para resurgir en espigas de primavera en el tiempo santo de la Pascua, que en definitiva es hacia donde la Cuaresma nos conduce y  se nos invitará a caminar hacia un mundo nuevo.
Un mundo que se construye a golpes de amor y a golpes de gracia, un mundo nuevo que se construye intentando ser cada día más santos: “Sed santos, como vuestro Padre celestial es santo”.

Ciao.




No hay comentarios: