viernes, 30 de mayo de 2014
El Papa Francisco nos explica como rezar
«La oración nos cambia el corazón. Nos hace comprender mejor cómo es nuestro Dios. Para esto es importante hablar con el Señor, pero no con palabras vacías; Jesús dice que eso es rezar “como hacen los paganos”.
No, no: Hemos de hablar refiriéndonos a la realidad: “Pero, mira, Señor, que tengo este problema, en la familia, con mi hijo, con éste, con el otro… ¿Qué se puede hacer? ¡Pero mira que Tú no me puedes dejar así, Señor!”. ¡Ésta es la oración!
¿Lleva tiempo esta oración? Sí, lleva tiempo. Es el tiempo que necesitamos para conocer mejor a Dios, como se hace con un amigo. La Biblia dice que Moisés hablaba cara a cara con el Señor, como con un amigo. Así debe ser la oración: libre, insistente, con argumentaciones. Y también reprochando un poco al Señor: “Pero Señor, Tú me has prometido esto y no lo has hecho…”, así, como se habla con un amigo.
Es preciso abrir el corazón a esta oración. Moisés bajó del monte fortalecido: “He conocido más al Señor”. Y con esa fuerza que le había dado la oración, retoma su trabajo de conducir al pueblo hacia la Tierra prometida. Porque la oración fortalece. Que el Señor nos dé a todos nosotros esta gracia, porque rezar es una gracia.
En toda oración está el Espíritu Santo, no se puede rezar sin el Espíritu Santo. Es Él quien reza en nosotros, es Él quien nos cambia el corazón, es Él quien nos enseña a llamar a Dios “Padre”.
Pidamos al Espíritu Santo que Él nos enseñe a rezar como rezó Moisés, a tratar con Dios con libertad de espíritu, con coraje. Y que el Espíritu Santo, que siempre está presente en nuestra oración, nos conduzca por este camino”.
Ciao.
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