miércoles, 11 de junio de 2014

María es la pura transparencia



Hoy festividad de la Virgen de la Capilla en Jaén, quiero resaltar su grandeza, la grandeza de Nuestra Madre con este escrito que he encontrado en Internet y que me ha parecido precioso y muy oportuno para el día que celebramos todos los jiennenses.

MARIA ES LA PURA TRANSPARENCIA: Luz traspasada de LUZ. El Sol es un resplandor de la Virgen, porque la Virgen lo ha hecho suyo, lo ha metido en ella misma porque ella CONVOCA.
En la Virgen todo se reúne. La Virgen convoca; la capacidad de convocatoria es extraordinariamente femenina, es aquello con lo cual se pueden afrontar dos grandes temas: La belleza y el amor.
La belleza es reunitiva. La belleza es aquella que cuando aparece todo lo demás queda iluminado, como absorto. Eso es la belleza trascendental. La belleza no es el arte sino un trascendental del ser. ¡Los resplandores! Ahí está la clave de la belleza, que es muy difícil de decir, porque no es asunto lógico, no es relación de cosas, sino una relación del SER PERSONAL.

El ser personal lo puede reunir todo. El ser personal puede hacerse con todo, sin estropearlo, sin deshacerlo, sino al revés, cuidándolo, prestándole mayor brillo. O sea, que el sol donde es verdaderamente sol es en la Virgen.
NIETZSCHE tiene un canto al sol: «Ojo espléndido que siempre miras e iluminas». Pero no se da cuenta del ser personal. Sin embargo, la Virgen es mucho más que el sol de Nietzsche, quien no acierta a ver que ese iluminar es distante.
La mirada personal es una mirada que atrae y que incorpora en la misma medida en que respeta.
En realidad iluminar es acercar. La luz es la VIAJERA CÓSMICA, es el gran absoluto cósmico de Einstein. Si es luz ABIERTA por DENTRO, cuando ilumina algo lo atrae hacia sí; es una luz gravitacionalmente atractiva que no absorbe sino que ELEVA.

La COQUETERÍA, entendida como una manera de atraer, como la lámpara que atrae a la mariposa y la quema es una degradación de la belleza; a la mujer presumida, estentóreamente bella, hay que decirle que por demasiado arreglada no es bella.
Si fuera bella ILUMINARIA no brillaría. No es lo mismo lo brillante que lo luminoso. El brillo es lo superficial, el niquelado de los coches. Hay que preguntar: ¿Dónde está tu intimidad? Te has puesto una máscara y ya no eres tú misma. La belleza de la mujer es INTERIOR, pero lo es porque irradia y lo capta todo.

Por eso la Virgen es la más bella, porque es la PURA TANSPARENCIA de la Luz del Hijo. La Virgen es la Maestra, el Modelo puro de la vida interior porque es la sumamente transparente.
El santo va consiguiendo la transparencia, es decir, va evitando obstáculos al Espíritu Santo. En cambio, La Virgen carecía de entrada de obstáculos y, por lo tanto, fue atravesada de Luz. Por eso concibió en la pura transparencia. Como dice San Agustín, primero concibió al Verbo en su mente y después en su cuerpo. Como lo primero exige una fe plena, se hizo merecedora –como dice alguno de los Padres de la Iglesia– de concebir a Dios en su cuerpo: luz transparente abierta hacia adentro.

Leonardo Polo

Ciao.

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