lunes, 3 de noviembre de 2014

Por el derecho a nacer



¿Cómo hemos podido llegar a esto? Matar a un ser humano completamente inocente y autoconvencernos de que es lo mejor, que la educación, los derechos y libertades del hombre y la mujer, la civilización y el progreso avanzan con tan inhumanas medidas tales como el aborto.

Por otra parte, a los cristianos no nos sorprende que maten al más inocente, al mejor, al más santo, igualmente traicionado por el que le ofreció su amistad, y le dio un voto de confianza haciéndolo uno de los suyos, haciéndolo uno de sus discípulos.

Hoy la traición continua y aunque a otro nivel nos ofrecen algunos paralelismos. Una traición fue por 30 miserables monedas de plata.
La de ahora es por un miserable puñado de votos. La una entregó al Hijo del Hombre, con la otra se entrega a los hijos de los hombres. En una acabó ahorcándose el traidor, la otra presumiblemente también acabará con el traidor.

Sin embargo no debe ser todo amargura y desesperación, pues al igual que la traición de hace 2000 años, paradójicamente nos trajo lo mejor; la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo y con ella la salvación del hombre, de la actual traición perpetrada hace pocos días en España, estoy seguro que saldrá algo también bueno, ¡quien sabe!, quizá sólo sea la firme respuesta que permita oír a los que nos sentimos traicionados o quizá el despertar conciencias adormecidas, valores olvidados, o principios traicionados... ¡Ya se verá!

En cualquier caso esto nos tiene que servir para seguir luchando con fuerzas renovadas por un mundo más justo donde cada ser humano tenga derecho al don precioso que Dios le ha dado; LA VIDA.

Ciao.

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