domingo, 8 de febrero de 2015

Hikikomori (Aislamiento adolescente)



Un gran problema en Japón y cada vez más extendido en Europa.

Desde la década de los noventa, muchos jóvenes japoneses —principalmente hombres de clase media— han decidido no salir de sus cuartos por meses, y en ocasiones por años en lo que los nipones definen como “hikikomori”, un estado de aislamiento casi total que preocupa a la sociedad japonesa.

El psicólogo Tamaki Saito estudia el fenómeno desde los noventa, y explica que este aislamiento es causado por un profundo temor social, “Están atormentados…Quieren salir al mundo, quieren hacer amigos y tener novias (o novios), pero no pueden.” Evidenciando que los hikikomori son cautivos de una presión social más fuertes que su voluntad.

Los síntomas varían, pero incluyen comportamientos violentos, infantiles, obsesivos, paranoicos y depresivos.  Saito cree que el desorden de los hikikomori (que significa aislado en japonés) ha evolucionado en las últimas dos décadas ya que ha pasado de afectar a adolescentes hasta ahora afectar a adultos de más de 30 años.

Se cree que el aislamiento voluntario del hikikomori  se debe a la experiencia de un trauma, pero preocupantemente, este aislamiento prolongado se puede convertir eventualmente en una nueva fuente de trauma. Las fuerzas sociales de la comunidad japonesa tienen una gran influencia sobre las personas, su reputación en la comunidad o su sekentei, es una presión enorme para estos jóvenes por lo que al defraudar (según ellos), a su comunidad pierden el autoestima y les es imposible abandonar su hogar.

Otro factor social que afecta a los hikikomori es la dependencia hacia la familia, amae. En Japón es común que los hombres jamás se muden de la casa de sus padres, mientras que las mujeres generalmente sólo lo hacen cuando se casan. Esta relación dependiente hace prácticamente imposible para los padres echar a sus hijos hikikomori, aunque estos sean violentos.

Otro psicólogo del  Instituto Nacional para la Salud Mental en Tokio, Yuriko Suzuki explica que “Tradicionalmente, los japoneses no quieren resaltar en un grupo. Pero creo que especialmente para las generaciones más jóvenes, quieren una atención y cuidado más personalizado o individualizado. Pienso que estamos en un estado mixto.” Por lo que los jóvenes se encuentran en un cruce, quieren destacar y a la vez quieren cumplir con los deseos de sus padres.

Andy Furlong, de la Universidad de Glasgow, especializado en la transición de la educación al trabajo explica que el hikikomori nació después de que la burbuja económica de los años ochenta se reventara y la recesión iniciara en los noventa.
Los jóvenes modernos ya no tendrían las mismas oportunidades que sus padres y en vez se volvieron arbeiter (trabajador en alemán), que describe a aquellos que no pueden aspirar a más que un trabajo de medio tiempo o freelance.
La palabra neets, también comenzó a ser usada para describir a aquellos jóvenes que no trabajaban ni estudiaban, algo así como el nini mexicano.
Según Furlong, muchas familias no se han podido adaptar al cambio de oportunidades de las últimas décadas por lo que con frecuencia reaccionan con medidas extremas al problema de hikikomori. Algunas de las medidas incluyen intervenciones familiares, por psicólogos o por empresas privadas.

Con frecuencia los hikikomori caen en el alcoholismo, por lo que es vital actuar antes de que lleguen a esto. Saito recomienda que profesionales visiten a los hikikomori en su casa, pero que el tratamiento sea gradual y no agresivo.
En algunos casos la terapia de grupo ha logrado ser uno de los mejores tratamientos de hikikomori ya que los va acercando a la sociedad. También existen centros juveniles conocidos como ibasho, un centro para que estos jóvenes se vayan reintroduciendo a la sociedad gradualmente.

Una historia particularmente triste es la del hijo de Yoshiko y su hijo, que lleva casi treinta años viviendo en un aislamiento casi completo. En palabras de la madre “Creo que mi hijo está perdiendo el poder o el deseo de hacer lo que quiere”, comenta. “Quizás solía tener algo que quería hacer, pero creo que se lo arruiné”.

Aunque las expectativas sociales y familiares de Japón son muy altas, la situación económica por la que pasan, la crisis económica y laboral se puede ver reflejada en todo el mundo. Quizá una manera de evitar una crisis emocional es reforzar el autoestima de la juventud. Mientras que es difícil aceptar que no todo lo que esperamos y soñamos puede ser realidad, podemos trabajar para acercarnos a esas expectativas, trabajando hacia una meta a la vez.

Definición
El “aislamiento adolescente” como problema psicológico serio se define como aquel joven que se siente abrumado por la propia sociedad e incapaz de cumplir los roles sociales que se espera de el, reaccionando con un aislamiento social.

Según la Real Academia de la Lengua Española, así como soledad (Del lat. solitas, -atis) es en su primera acepción: Carencia voluntaria o involuntaria de compañía.

Aislamiento es en su cuarta acepción: Retirar a una persona del trato y comunicación de la gente. Es decir una persona puede estar y sentirse en soledad y no estar o sentirse aislado. Pero si se está aislado, siempre se está solo. Por definición.

“¿Por qué me siento solo?” Los jóvenes cambian pero no el sentimiento de soledad y de incomprensión que muchos sufren durante la adolescencia.
En un estudio elaborado por el Equipo de Soledad de Cáritas el pasado mes de septiembre, sobre una muestra de 120 estudiantes con edades comprendidas entre los 13 y los 16 años, los jóvenes a través de tiras cómicas y citas textuales, dilucidan por sí mismos los factores que generan la soledad, pero también, sobre las posibles soluciones para erradicarla, entre las que destaca, hablar con la familia. El problema es mayor cuando el adolescente decide aislarse.

Origen y causa
La pandemia del los adolescentes aislados, empezó en Japón, y se ha extendido por el mundo desarrollado. Las pandemias psicosociales se extienden con silenciosa rapidez y causan estrago. No tienen vacuna.

Los “hikikomori” japoneses (la palabra japonesa hikikomori significa “aislamiento” en español) son adolescentes y adultos jóvenes que se ven abrumados por la propia sociedad y se sienten incapaces de cumplir los roles sociales que se esperan de ellos, reaccionando con un aislamiento social.
Los hikikomori a menudo rehúsan abandonar la casa de sus padres y puede que se encierren en una habitación durante meses o incluso años. La mayoría de ellos son varones, y muchos son también primogénitos.
Este tipo de problemas se centran (aunque bien, no son exclusivos) en las clases media-alta y alta, donde el joven posee cuarto propio, lo cual es considerado un lujo en Japón.

Un hikikomori reacciona con un completo aislamiento social para evitar toda la presión exterior. Pueden encerrarse en sus dormitorios o alguna otra habitación de la casa de sus padres durante periodos de tiempo prolongados, a menudo años.
Normalmente no tienen ningún amigo, y en su mayoría duermen a lo largo del día, y ven la televisión o juegan al ordenador durante la noche. Todo esto hace de ellos un caso extremo de solteros parásitos (expresión japonesa para nombrar a aquellos que viven de las sopas instantáneas, viviendo en casa de sus padres para disfrutar de mayor comodidad).

El aislamiento de la sociedad normalmente comienza de forma gradual, antes de que el hikikomori cierre con llave la puerta de su habitación.
A menudo se encuentran tristes, pierden sus amigos, se vuelven inseguros, tímidos y hablan menos. Frecuentemente son objeto de burla en el colegio, lo cual puede ser el detonante para su aislamiento, y con frecuencia han vivido muchos momentos de soledad dado que ambos padres trabajan.

La mayoría de los hikikomori mantienen contacto con el mundo exterior solamente por el ordenador, la televisión y los videojuegos en línea. Sin embargo, en casos extremos, el hikikomori puede cerrarse incluso a esto y permanecer horas y horas en la misma posición, con la vista en un punto fijo, viviendo de su imaginación.
El doctor japonés Tamaki Saito, Director del Servicio Médico del Hospital Sofukai Sasaki Hospital en Funabashi, es precursor en los estudios de esta nueva enfermedad social.

La soledad impuesta
Quizá sea conveniente recordar previamente como posible factor de causalidad el número de niños y adolescentes que en nuestra sociedad y durante largas horas permanecen solos por que los dos padres trabajan.
En Estados Unidos, se estima que más de un 40% de niños se quedan solos en casa en un momento dado, aunque muy raramente pasan la noche solos.

Según una investigación reciente tres millones de niños menores de 13 se quedan regularmente solos, siendo el momento de mayor soledad el comienzo de la adolescencia.
La realidad que enfrentan los niños que se encuentran solos es muy diferente. Hay muchos asuntos y peligros potenciales que deben considerar los padres antes de exponer al niño a esta soledad impuesta:

La edad del niño
La definición paterna de “las reglas y expectativas”
- Cómo ponerse en contacto con los padres u otros adultos (por ejemplo, números de teléfono).
- Situaciones potencialmente peligrosas (por ejemplo: emergencias médicas, fuego, el alcohol, las drogas, personas desconocidas, armas de fuego, etc.)
- Cuándo y cómo deben de contestar el teléfono o el timbre de la puerta.
- El uso del teléfono, 112 para emergencias.
- El uso del ordenador y sobre todo “internet”.
- Amigos y visitantes que pueden venir a la casa.
- Las responsabilidades hacia los hermanos.
- Cómo pasar el tiempo no estructurado (por ejemplo, mirar televisión, videos, etc.)
- El acceso a canales de televisión por cable para adultos.

Los más pequeños se pueden resentir por esta soledad y los adolescentes pueden comenzar a seguir influencias negativas dentro de su grupo de amigos, todo ello con consecuencias graves: Falta de disciplina, uso excesivo de nuevas tecnologías, y desapego familiar.

Reacción de los padres
El tener un hikikomori en la familia normalmente es considerado un problema interno de esta, y muchos padres esperan mucho tiempo antes de buscar una terapia psicológica. Además, en Japón la educación del niño corre a cargo de la madre, por tradición, y puede que el padre deje todo el problema del hikikomori a la madre, la cual se siente sobreprotectora con su hijo.
En un principio, la mayoría de los padres se limitan a esperar que el niño supere sus problemas y regrese a la sociedad por su propia voluntad. Lo ven como una fase que el adolescente ha de superar. Además, muchos padres no saben qué hacer con el joven aislado, y simplemente esperan debido a la falta de otras opciones.
Normalmente no se fuerza (o se tarda mucho en hacerlo) de forma radical al adolescente para que vuelva a integrarse a la sociedad.

Tener un hikikomori en la familia es a menudo considerado vergonzoso en Japón. Como en Europa también se procura esconder cualquier problema psicológico. Los colegios y asistentes sociales pueden hacer preguntas, pero normalmente no se involucran en la situación.

Muchos padres de hikikomori toman la decisión de enviarlos al extranjero, confiando en que el cambio de ambiente los ayude, pero lo único que hacen es pasarle el problema a la familia anfitriona, siendo esta la forma en que se conoció el problema en Occidente.

Efectos del aislamiento
A falta de contacto social y el aislamiento prolongado producen efectos en la mentalidad de los hikikomori:
- Pierden sus habilidades sociales.
- Olvidan los referentes sociales.
- Menoscaban sus propias referencias morales.
- Pierden contacto con el mundo real y con frecuencia es el mundo de la televisión o los videojuegos los que se convierten en su marco de referencia.
- Pierden años de estudio.
- Pierden nivel generacional, amigos, familiares.

Su miedo a la presión social puede convertirse en ira, y la pérdida del marco de referencia social puede conducir también a un comportamiento violento o delictivo.
En casos extremos llegan a atacar a los padres y a delinquir.
El conjunto de estos efectos negativos hace la reentrada en la sociedad más difícil. Temen que los demás descubran su pasado y se muestran vacilantes con la gente, especialmente si son desconocidos.

Tratamiento
Hay diferentes opiniones sobre el tratamiento que debe seguir un hikikomori, y las opiniones a menudo se dividen entre un punto de vista japonés y otro occidental.

Los expertos japoneses normalmente sugieren mantener un contacto permanente con el joven aislado sin invadir su espacio e intentar reincorporarlo a la sociedad de manera muy progresiva.
Los médicos occidentales piensan que hay que mantener una postura de firmeza e incluso actuar de manera directa forzando al enfermo a abandonar su enclaustramiento. En cualquier caso, es necesaria una ayuda psicológica, ya que muchos padres se ven abrumados por los problemas de un adolescente aislado.

Ciao.



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