jueves, 5 de febrero de 2015

"No juzgar".



En este mundo dejemos a Dios el juicio de los hermanos, porque si juzgamos, lo más probable es que nuestro juicio sea injusto porque no vemos todo completo como lo ve Dios, sino que vemos en parte y medio nublado, además.
Recordemos que Dios dará a cada uno lo que le corresponde y que nada dejará sin premiar o castigar.
Pero Dios es paciente y quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad, por eso da tiempo a los pecadores para que se arrepientan y se conviertan.
En cuanto a nosotros, debemos perdonar todo y a todos, ya que es el mismo Jesús el que nos lo ordena, y nos enseñó en el Padrenuestro que debemos perdonar a los que nos ofenden. Porque el perdón es un bien también para nosotros, para nuestra paz interior y exterior.
Porque un alma resentida y rencorosa no tiene paz y vive amargada y tal vez buscando venganza. ¡No!
Nosotros no debemos ser así, sino esforzarnos por perdonar y amar. Por lo menos rezar por los que nos ofenden y si están en algún peligro o gran necesidad, socorrerlos como es de buenos cristianos.
No odiemos jamás, porque el odio viene de Satanás y él quiere que odiemos para que seamos, como él, dignos del Infierno eterno. No odiemos a nadie, solo el pecado y el mal. Y como dice el dicho: Hay que matar el error, pero amar al que yerra.

Ciao.

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