domingo, 15 de marzo de 2015

Da la Cara por la Vida




¿Cómo es posible pretender conseguir la paz, el desarrollo integral de los pueblos… sin que sea tutelado el derecho a la vida de los más débiles, empezando por los que aún no han nacido? Benedicto XVI (Jornada mundial de la paz 2013).

El 14 de Marzo de 2015 miles de personas han salido a las calles de Madrid para defender la vida, a la mujer y la maternidad. Las asociaciones provida en todo el mundo piden al gobierno de España que derogue la actual ley de aborto libre, conocida como Ley Aído y que ha cobrado la vida de más de un millón de personas.

Para convocar a esta manifestación han lanzado a las redes sociales un excelente cortometraje titulado “DA LA CARA POR LA VIDA”, este muestra la reacción de las amigas de una joven que confiesa su embarazo inesperado.

Después de ver el vídeo te invitamos a reflexionar sobre algunas frases mencionadas en el diálogo de este grupo de amigas:

“Ya eres madre”

La respuesta científica sobre el inicio de la vida humana nos asegura que desde el momento de la concepción surge una nueva persona. Desde este mismo instante la mujer embarazada se convierte en madre de ese nuevo ser, quién a pesar de no estar completamente formado ya posee un código genético único, irrepetible y que nunca antes había existido.
La maternidad inicia desde el embarazo, no desde el parto. La diferencia entre un recién nacido y un niño antes de nacer son el nivel de desarrollo, el tamaño, el ambiente y el grado de dependencia. Pero esta diferencia no los hace menos personas, sino más dignos de protección.
Los seres humanos no mutamos de una célula a personas, siempre hemos sido personas desde el inicio. Por lo tanto el nuevo ser concebido es el hijo de una mujer que se ha vuelto madre.

“Desde tu barriga ya hay un corazón que ya late”

Alrededor del día 18 del embarazo el corazón del niño por nacer comienza a latir 70 veces por minuto y alcanza un máximo entre 170 y 190 a las siete semanas, luego disminuye un poquito entre 160 y 180 a las nueves semanas. Sin embargo, no es la frecuencia cardíaca lo que realmente nos conmueve de esta frase, sino su significado humanizado.
Un corazón que late se refiere a un cuerpo que vive, puede ser una vida animal o humana. Aunque si aseguramos que se encuentra en la barriga de una mujer, irremediablemente se trata del corazón de una persona, no de una vida animal. El aborto detiene el corazón que late de un bebé que por naturaleza posee el instinto de sobrevivir.

“Un hijo tiene que ser deseado”

¿Acaso el derecho a la vida debería estar sujeto al grado de aceptación que alguien pueda sentir hacia nosotros? De ser así, ya habríamos acabado con la humanidad entera. Muchos grupos de personas se adjudicarían el derecho a acabar con aquellos otros grupos de personas que consideran indeseables por vivir, actuar, opinar y pensar distinto.
Y es precisamente por ello que los Derechos Humanos únicamente están sujetos al hecho fáctico de ser seres humanos. Las Naciones Unidas nacieron como una necesidad de los pueblos para defender la dignidad y vida de toda la especie humana, trascendiendo la raza, el color, el sexo, la religión, su estatus socio económico o su ideología política. La vida humana hay que respetarla independientemente de las circunstancias en las que haya sido concebida. Por lo tanto, justificar el aborto bajo el argumento de que el hijo no es deseado es una segregación arbitraria, egoísta y reprochable.

La historia de la humanidad nos ha demostrado que el derecho a la vida no puede estar sujeto a este tipo de clasificación entre deseables y no deseables.
Tal vez muchas madres con un embarazo en dificultad no desean a sus hijos, pero recuerda que no existen los hijos no deseados, siempre hay más de un millón de matrimonios que esperan que se les dé la oportunidad de adoptar a un niño y otro millón de personas que nos dedicamos a la causa provida que siempre los consideraremos niños deseados.

“Da la cara”

En este mundo deshumanizado frente a las injusticias es muy fácil mirar hacia otro lado, es por ello que la nueva generación provida estamos trabajando intensamente para trasformar al mundo intercambiando la cultura de la muerte por una cultura de vida que valore la maternidad, la familia y los valores.
Sin embargo hacen falta muchos rostros que se sumen a la causa, necesitamos hacer más para lograr que todas aquellas mujeres que se encuentran con un embarazo inesperado puedan elegir la vida. Debemos tener claro que si nosotros no hacemos nada, nadie más lo hará. No sientas vergüenza por oponerte al aborto, somos más los que amamos y abrazamos la vida. Es tiempo de dar la cara, porque juntos podemos defender a ambos: a la mujer y a su hijo por nacer.

“Nunca estarás sola”

El aborto es una práctica legal en muchos países considerados “progresistas” por tener economías desarrolladas, sin embargo no es posible considerar desarrollada a una sociedad que no ha tutelado el derecho a la vida de los más débiles, en especial por aquellos que aún no han nacido. Debemos tener claro que el aborto es un fracaso colectivo de una sociedad que se desentiende de la mujer que enfrenta un embarazo en dificultad ofreciéndole como ‘única salida’ el asesinato de su propio hijo.
Los colectivos anti-vida que promueven el aborto como una bandera de emancipación para la mujer, te dirán que abortar es una opción, que el estado y la sociedad no pueden imponer la maternidad a ninguna mujer libre de elegir sobre su propia vida y su cuerpo. Es cierto que la mujer tiene derecho sobre su propio cuerpo, sin embargo, desde el embarazo ya existen dos cuerpos distintos, el cuerpo del hijo y el de la mujer que ya es madre, por lo tanto, abortar no la libera de la maternidad, sino que la convierte en la madre de un hijo muerto. Es por ello que el aborto no es una ‘opción’, sino una consecuencia de que las mujeres se encuentren sin opciones, el aborto es un síntoma de desesperación ante el desamparo social sobre la maternidad.
Sumándote a la causa provida estarás promoviendo una cultura que diga a las mujeres embarazadas que NUNCA ESTARÁN SOLAS, que la sociedad les apoya y que ser madres no es y no debe ser un impedimento al estatus social de la mujer.

¡Dile al mundo que te importa el aborto, que defiendes la vida, a las mujeres y la maternidad!

Sara Larin

Ciao.


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