lunes, 27 de abril de 2015
La cultura "del Bienestar"
La cultura del bienestar nos ha hecho insensibles a los gritos de los de los otros.
Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia del llanto, la globalización de la indiferencia nos sacó la capacidad de llorar" "Muchos de nosotros, y me incluyo, estamos desorientados, ya no estamos atentos al mundo en el que vivimos, no curamos, no custodiamos lo que Dios ha creado para todos y tampoco somos capaces de custodiarnos los unos a los otros". "Cuando esta desorientación asume las dimensiones del mundo, llegamos a tragedias como la que hemos visto". "Estos, nuestros hermanos y hermanas, buscaban salir de situaciones difíciles para encontrar un poco de serenidad y de paz". "Buscaban un lugar mejor para ellos y para sus familias, pero encontraron la muerte.
¡Cuántas veces aquellos que buscan esto no encuentran comprensión, acogida, solidaridad! ¡Y sus voces llegan hasta Dios!"
"¿Quién es el responsable de la sangre de estos hermanas y hermanos? ¡Nadie! (...) Hoy nadie se siente responsable de esto, hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna". "La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos hace insensibles a los gritos de los otros, nos hace vivir en pompas de jabón, que son lindas, pero no son nada, son una ilusión fútil, del provisorio, que lleva hacia la indiferencia hacia los otros, es más, lleva a la globalización de la indiferencia. Nos hemos acostumbrado al sufrimiento del otro, ¡No nos atañe, no nos interesa, no es asunto nuestro!". "La globalización de la indiferencia nos hace todos 'innombrables', responsables sin nombre y sin rostro". "¿Quién de nosotros ha llorado por la muerte de estos hermanas y hermanos? ¿Quién ha llorado por estas personas que estaban en el barco, por las jóvenes madres que llevaban sus niños, por estos hombres que deseaban algo para sostener a sus familias?". "Somos una sociedad que se ha olvidado de la experiencia del llanto, del 'sufrir con': La globalización de la indiferencia"
“En estos días, ¡Cuántos Esteban existen en el mundo! Pensemos en nuestros hermanos decapitados en la playa de Libia; pensemos en aquél muchacho quemado vivo por sus compañeros porque era cristiano (en Pakistán); pensemos en aquellos emigrantes que en alta mar fueron arrojados por la borda por los otros porque eran cristianos; pensemos en los etíopes, asesinados porque eran cristianos... Y en tantos otros. Y muchos otros que no sabemos, que sufren en las cárceles porque son cristianos... Hoy la Iglesia es la Iglesia de los mártires: Ellos sufren, ellos dan la vida y nosotros recibimos la bendición de Dios por su testimonio”. “Unámonos a tantos hermanos y hermanas que sufren el martirio de la persecución, de la calumnia y del asesinato por ser fieles al único pan que sacia, es decir, a Jesús”.
S.S. Papa Francisco
Ciao.
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