domingo, 3 de mayo de 2015

Primeras Comuniones: ¿Sin Rostro?


Para reflexionar ahora que han comenzado las Primeras Comuniones...

-Cuando echamos el resto en una Primera Comunión pero en los domingos siguientes, ya no vemos los rostros de muchos niños en la Eucaristía. ¿Responsabilidad primera y última? ¡De los padres!

-Cuando, aparentemente, decimos creer en lo que recibimos y después de la Primera Comunión vendemos a Cristo por cualquier cosa y con cualquier excusa.

-Cuando, niños y niñas con ganas de participar en la parroquia, son desviados por aquellos que debieran ser sus primeros educadores en la Fe cristiana o sabiendo conjugar lo efímero con lo que, los cristianos, consideramos eterno.

-Cuando niños y niñas, con la sonrisa en los labios, pensamos que por otros caminos alcanzarán fama y gloria y olvidamos... que son eso: Niños.

-Cuando decimos creer pero, en el fondo, traicionamos lo más sagrado. Cuando, en actitudes y resultados, no estamos demasiado lejos de los que optaron por una vida sin Bautismo, sin Iglesia, sin oración ni comunión alguna.

-Cuando saturamos ese día de regalos (no precisamente cristianos), de palabras (no precisamente divinas) y ponemos énfasis en aspectos que desvirtúan y mancillan el Sacramento.

-Cuando vaciamos esas horas de su esencia y de su trascendencia y nos quedamos en una puesta en escena creyendo agradar o engañar a Dios cuando, en el fondo, sólo nos agradamos y nos engañamos a nosotros mismos.

Primeras Comuniones sin rostro. De los que, comulgaron, y ya no se vieron nunca más cerca de AQUEL que fue lo MÁXIMO en ese día.
Cuando arrastrados por el ocio es engullido lo más sagrado y relegado a casi el olvido.
Primeras Comuniones sin rostro y, a veces, sin sentido y no porque la culpa la tengan aquellos que "por unas horas son ángeles en la tierra".
Primeras Comuniones sin un mañana porque, tal vez, no hubo un presente, ni conciencia de lo que se recibía o se celebraba. Porque, tal vez algunos pensaron, que era poco menos que un donuts servido a domicilio.
Ojalá, las Primeras Comuniones, fueran un CARA A CARA. Un sentir, ver y gustar que ALGO GRANDE OCURRE cuando se recibe y, ALGO GRAVE PASA cuando se pierde.
¿Qué quedará el día de mañana? 
Ni mas ni menos...que la gente con más alma.
¡Felicidades a los que, queréis, preparáis y soñáis con una comunión como Dios manda! ¡Seréis felices y haréis felices a vuestros hijos!

Javier Leoz Ventura

Ciao.

No hay comentarios: