lunes, 29 de febrero de 2016

¿Rechazo o condena?



A todos nos resulta muy fácil emitir juicios de valor (juzgar) ante los diversos acontecimientos que pasan a nuestro alrededor.
¿Quién de nosotros no ha manifestado su indignación ante esas “procesiones laicas” que pretenden realizarse en algunas ciudades cercanas?.
Da la impresión de que quieran atentar muy directamente contra los que consideramos principios de nuestra fe.
¿Pretenden ponernos a prueba? ¿Cuál es nuestra respuesta? ¿Solo el rechazo y la condena?
El Evangelio de ayer domingo ha de ser un toque de atención a nuestro compromiso cristiano. Nos cuenta la parábola de una higuera estéril, a la que se le da una nueva oportunidad para que dé frutos. Dios, Padre de la misericordia, nos sigue dando oportunidades cada año. Usemos para nosotros la misma vara de medir que para los demás.
A los demás los condenamos con facilidad, pero nosotros, seguimos igual que siempre.
De ahí que Jesús nos diga: “si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera. Y San Pablo en su carta nos advierte: “el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga”.
Que Dios, que envió a Moisés para salvar a su pueblo de la esclavitud de Egipto, nos envíe a nosotros la fuerza de su Espíritu, para que nos muestre el camino de la conversión.

Ciao.

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