jueves, 25 de febrero de 2016

¿Sabes que es proyectar...?



Según Jung, la sombra nos dice que no nos fijemos en nuestras propias debilidades y que las proyectemos sobre los demás.
Para evitar el sentimiento de inferioridad, nos parece que son los demás los que no son buenos.
Todos utilizamos la proyección para evitar mirar en nuestro interior.
Debemos darnos cuenta de que lo anterior es una defensa inconsciente. La plantilla de la proyección es la siguiente afirmación:
"No puedo admitir lo que siento, por lo tanto imaginaré que lo sientes tú".
De ahí que si no podemos sentir nuestra propia ira, califiquemos de violento y temible a un grupo dentro de una sociedad.
Un falso estado de autoaceptación es el que se basa en:
"Yo soy bueno, pero tú no".
Sin embargo, la verdadera autoaceptación se extiende a otras personas; cuando estamos bien con nosotros mismos, no hay razón para condenar a nadie.

¿ESTÁS PROYECTANDO?

Estas son las formas típicas en las que solemos proyectar:

SUPERIORIDAD: Sé que soy mejor que tu. Tienes que darte cuenta y reconocerlo.

INJUSTICIA: Es injusto que me pasen cosas malas o no me lo merezco.

ARROGANCIA: Soy demasiado orgulloso para preocuparme de ti. Tu mera presencia me irrita.

ESTAR A LA DEFENSIVA: Me estás atacando, por lo tanto no te escucho.

CULPAR: Yo no he hecho nada. Todo es culpa tuya.

IDEALIZAR A LOS DEMÁS: Mi padre era como un dios cuando yo era pequeño, mi madre era la mejor del mundo o el hombre con el que me casaré será mi héroe.

PREJUICIOS: Ese es uno de ellos y ya sabes cómo son o ten cuidado. Los de su calaña son peligrosos.

CELOS: Vas a traicionarme. Lo presiento.

PARANOIA: Vienen a por mí o veo una conspiración que nadie más puede ver.

Cuando aparece alguna de estas actitudes, hay un sentimiento inconsciente oculto en la sombra al que no podemos enfrentarnos.

Estos son algunos ejemplos típicos:

SUPERIORIDAD: Disfraza el sentimiento de que eres un fracasado o de que los demás te rechazarán si saben cómo eres realmente.

INJUSTICIA: Disfraza el sentimiento de que eres un pecador o de que siempre se te debe culpar por algo.

ARROGANCIA: Disfraza la ira reprimida, bajo la cual se oculta un profundo dolor.

ESTAR A LA DEFENSIVA: Disfraza el sentimiento de que no eres válido y que eres débil. Salvo que te defiendas de los demás, empezarás a atacarte a ti mismo.

CULPAR: Disfraza el sentimiento de que tienes defectos y que debes avergonzarte de ti mismo.

IDEALIZAR A LOS DEMÁS: Disfraza el sentimiento de que eres un niño débil e indefenso que necesita protección y al que hay que cuidar.

PREJUICIOS: Disfraza el sentimiento de que eres inferior y que mereces el rechazo.

CELOS: Disfraza tu propio impulso de desviarte o tu sentimiento de no considerarte normal sexualmente.

PARANOIA: Disfraza una ansiedad abrumadora y muy consolidada.

Como veis, la proyección es mucho más útil de lo que imaginamos. Sin embargo, es la puerta abierta para la sombra. Es una puerta dolorosa, pues lo que consideramos defectos en los demás enmascara nuestros sentimientos hacia nosotros mismos. Lo ideal sería que pudiéramos dejar de culpabilizarnos y perdonarnos.
En realidad, deshacer la sombra es un proceso. Para dejar de proyectar debemos de poder ver lo que estamos haciendo, contactar con el sentimiento que se oculta bajo la superficie y hacer las paces con él.

Mira lo que hacemos: ¿Es fácil reconocer que estamos proyectando?

Una clave para darnos cuenta es la negatividad: La proyección nunca es neutral. Se manifiesta como energía negativa porque lo que disfraza es negativo. Esto resulta ser una ayuda. Sabemos cuando nos sentimos furiosos o ansiosos.
Esos son sentimientos de la sombra. Pero cuando dirigimos nuestra ira hacia otra persona o un objeto, o vemos razones en todas partes para tener miedo (hay negatividad), entonces hay un claro ejemplo de proyección.
Espero que podamos ver la diferencia entre el sentimiento y su proyección; estar furioso es útil, mientras que canalizar la ira culpabilizando no lo es.
La sociedad quiere que sigamos culpabilizando, porque el pensamiento de "nosotros" contra "ellos" es una forma -muy mala- de mantener unida la población. De ahí esa vocecita interior que nos dice que queremos "cazar" a todos los que no opinan o se comportan como nosotros quisiéramos.
La lista es interminable.
En vez de creernos todas estas razones para culpabilizarlos a "ellos" y juzgarlos por sus faltas (razones que pueden ser válidas), tomemos otro camino diferente.
Observémonos a nosotros mismos y lo que nos está indicando sobre nosotros mismos en este juego de culpar a los demás.

Ciao.

No hay comentarios: