Este mundo ofrece una gran variedad de planes: Financieros, de programas de pérdida de peso, y una multitud de otras cosas, y todos dicen dar resultados beneficiosos. Pero nada es tan provechoso como la Biblia.
Los planes de Dios para nosotros, no terminan con la salvación. Su propósito es que todos seamos transformados conforme a la imagen de su Hijo, y la herramienta que usa para lograr su propósito es la Biblia. Cada capítulo esboza el plan de Dios para nuestra transformación espiritual.
El fundamento se establece con la enseñanza de las verdades básicas de la Escritura. Estas doctrinas fundamentales sobre del carácter y la obra de Dios, son un ancla para nuestras almas durante las tormentas de la vida, y nos protegen del engaño.
Puesto que todos tenemos ciertos comportamientos carnales, la perfección es imposible, y a veces caemos en el pecado, la Biblia nos convierte y nos hace recapacitar en cuanto a la falta que hemos cometido.
A esto sigue la corrección. El Señor nunca nos convence de pecado, y luego nos deja solos en el desastre que hemos hecho. Él nos da la enseñanza que necesitamos para enmendar las cosas malas que hemos hecho.
El último paso es la instrucción en la justicia. Si obedecemos la enseñanza y la disciplina de las Escrituras, creceremos en obediencia y santidad, y al final descubriremos que necesitaremos menos reprensiones.
La participación total en el paquete de beneficios espirituales que el Señor da, implica tres pasos, que debemos la decisión de seguir:
1) Leer la Biblia cada día.
2) Creer todo lo que Dios dice en su Palabra.
3) Hacer lo que Dios dice.
Entonces estaremos equipados y calificados para cumplir con nuestro propósito.
Ciao.
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