martes, 20 de septiembre de 2016

Consolación



La consolación siempre proviene de la gracia de Dios. Pero es importante tener un corazón limpio para poder recibirla.
No se trata de un corazón inmaculado por obligación, lleno de miedos a pecar o a fallar en los logros espirituales que nos hemos propuesto. Se trata de un corazón siempre enamorado, un corazón capaz de mantenerse en la fe que produce esperanza.
La consolación siempre está ahí, pero necesitamos saber discernir (escuchar la voz del espíritu).
El discernimiento es la construcción de nuestro camino para mantener la contemplación del espíritu que vive en todas las cosas, en toda la creación. Que siempre invita a gozar de la gracia para la mayor gloria de Dios.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

No hay comentarios: