domingo, 18 de septiembre de 2016

"Mi yugo es suave y mi carga ligera”



"No dejes que se me olvide que tu yugo es suave y tu carga ligera”

Hoy me haces una invitación muy especial y me prometes dar alivio. ¿Qué habrás visto en nuestros cuerpos y corazones para regalarnos este descanso que hayamos en tu corazón?

Me imagino que tu mirada que todo lo penetra, habrá leído nuestro interior y cómo nos fatigamos cada día, nos perdemos, nos desanimamos y tú quisiste darnos descanso con tu amor.

Invitas a todos los que están fatigados y agobiados por la carga, a venir a ti. Y, ¿Quién no se siente así cada día Jesús? ¿Qué difícil es vivir esta vida, cargar la cruz, avanzar hacia la meta, sin un lugar donde descansar y poder reponer fuerzas? Y hoy, aquí, Tú mismo te presentas como el descanso, el consuelo, el alivio…. ¡Vengan a mí!

Y a continuación nos pides que tomemos sobre nosotros tu yugo y que aprendamos de ti.

¿Qué es el yugo Jesús? Soy ciudadano del siglo XXI y hay palabras que desconozco. Te ríes y me dices que recuerde, que seguro que he visto este armazón de madera que se coloca sobre el cuello de los bueyes y mulas para que aren el campo y vayan juntas.

¿Qué significa entonces tomar sobre nosotros tu yugo para aprender de ti? Creo que empiezo a comprender lo quieres decir. Sí, me dices que me ponga a tu lado, junto a ti, que con el yugo sobre nosotros dos, podremos hacer el mismo camino, que será imposible que nos separemos y que abriremos muchas tierras arando juntos, pero sobre todo, que abriremos muchos corazones sobre los que tendemos que sembrar después.

Y para abrir estas tierras profundas que son los corazones de los hombres, tengo que aprender de ti, que eres manso y humilde de corazón. Sólo la mansedumbre y la humildad, abren puertas y corazones y me harán encontrar descanso. Gracias por tu ejemplo y por tu invitación a vivir junto a ti, mirando juntos hacia el horizonte, abriendo corazones y sembrando esperanzas.

Jesús, te pido una cosa, no dejes que se me olvide que tu yugo es suave y tu carga ligera, porque caminando junto a ti, sé que tú llevarás la parte más pesada y la mía será suave y ligera. Porque sé que tú llevarás mis pecados a la cruz y yo solo te tendré que acompañar con la cruz ligera que me regalas para que no me aleje de ti.

Meditar: Mt 11, 28-30

Propósito: En oración pedirle a Jesús que venga y me invite a cargar su yugo para caminar juntos

 Padre Guillermo Serra, L.C.

Ciao.

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