miércoles, 7 de diciembre de 2016
Cuando preguntan ¿Cómo estás?
¡Cuántas cosas podríamos escribir cuando una persona le pregunta a otra…¿Cómo estás?…!
Infinidad de respuestas obtendríamos «de dos» simples palabras… ¿Las … vemos?… Éstas serían algunas de tantas…
– No muy bien…
-Con mucho trabajo…
-Con unas luchas interminables…
-Para qué contarte… Problemas, problemas y más problemas...
¿Seguimos? No se asusten de estas respuestas ¿Eh? Muchas veces, nosotras las decimos.
– ¿ Cómo voy a estar?… ¡Como siempre!
– Ni te imaginas, mil cosas pasaron de la última vez que te ví.
– ¡En la lucha…!
– Mmm …¡Cmo Dios quiere!
¿Así nos quiere Dios?… Sigamos...
– ¡Ni me hables!
– Salió todo mal.
Por ahí… alguna persona contesta…
– Bien, y … Sí… bien (como con timidez, avergonzado o avergonzada).
– Tenía todo… Ya no me queda nada.
– ¡Desesperado!
Siempre mirando lo que le falta al vaso… Y no cuánto tiene…
Otra persona dice…
– Un poco mejor que antes (nunca un… ¡Muy bien!)
Entonces encontramos a alguien que nos responde, con calma. Con una pequeña sonrisa en sus labios, con suavidad en su voz… Y dice en tono natural:
– «Tengo paz»
Simplemente «tengo paz» y con esa pasividad que por dentro … Exaspera a quien los escucha. En estos tiempos alguien así, tranquilamente dice: ¿«Tengo paz»?… Se produce un gran silencio.
¡Claro, como para que no se produzca! Una única respuesta también de dos palabras como fue la pregunta inicial, y como con naturalidad después de escuchar tantas otras respuestas y las tantas que no escribí… escuchar… «tengo paz»…suena bien, ¿no?
Suenan a dos palabras completas. Tener de… obtener, de adquirir y… paz… suena como… angelical, como celestial… y suena bien.
Y nos hace pensar…¡Qué interesantes palabras en medio de tanta confusión!
Palabras que llegan a tocar el alma. Palabras que todo ser humano quiere… No que quisiera, sino que… Quiere experimentar. Palabras que llenan la mente. Palabras que confortan a los oídos. «Palabras que no necesitan de más palabras». Sólo esas dos: «Tengo paz».
Recuerdo que en la Biblia, el profeta Isaías dice: «Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado».
¿Qué clase de persona queremos pasar a ser a partir de haber leído esto? Elegimos decir palabras que los demás ya no quieren ni oír o cambiamos el rumbo para dejar que nuestras palabras, nuestras respuestas puedan llenar la mente y el corazón y quieran volver a estar con nosotras y quieran sólo escuchar la respuesta de dos palabras tan fortalecedoras.
Recuerda, cuando alguien te pregunte: ¿Cómo estás? Elige siempre poder llenarles el alma con tan solo… dos palabras. Que nos conozcan por las buenas palabras, por las lindas respuestas, por ser positivas en un mundo con mil problemas. ¿Quieres sumarte o restarte? ¿Quieres que te llamen o sentirte rechazado? ¿Quieres que extrañen tu presencia o es mejor que esquiven tu persona? No olvides… hay dos simples palabras que pueden suplir millones…
Dios nos dé sabiduría…
http://www.reflexiones.cristianas.com/
Ciao.
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