LA SECULARIZACIÓN (distanciaciamiento estructural sociedad/religión) ha llegado hasta tal extremo que, sin darnos cuenta o por falsos populismos, ha cristalizado peligrosamente en nuestra liturgia:
- Sobrevaloración del elemento humano en detrimento de lo sagrado.
- Músicas (con letras incluídas) que rayan lo esperpéntico (como lo sería un rezo del rosario en un pleno municipal).
- Estorbo del misterio y profusión irracional de palabras, gestos y signos totalmente inaceptables.
- Intromisiòn de elementos distorsionadores de lo que se celebra.
- Aplausos, intervenciones totalmente paganas y sin referencia a Dios, la Fe o el Evangelio.
La secularización, cuando invade la liturgia, nos convierte en títeres o marionetas con difícil retorno al sentido común.
Dios puede llegar a ser el gran extraño y lo humano erigirse en centro y entretenimiento de algo que no ha de ser ni un circo ni mucho menos una exhibición del personal.
Padre Javier Leoz Ventura
Ciao.
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