martes, 22 de agosto de 2017

Vivir «asentados»




¿Cuántas horas al día las pasas sentado? 

Si estás en la oficina, en el despacho, en clase, en la biblioteca o el autobús.
Mientras estudias, rezas, comes, viajas, vas a misa, acompañas a un amigo, esperas en la consulta del médico o trabajas delante del ordenador.
Si no te fijas bien podría parecerte que estar sentado es igual que no moverse. Y, sin embargo, qué importantes resultan para el futuro esos tiempos que nos ayudan a hacernos sólidos, firmes, fieles.
Son los momentos –piensa por ejemplo en tus exámenes– en los que las piernas te piden salir corriendo y la cabeza no te deja de volar.
Los ratos que tienen poco de espectacular, que no deslumbran, que nunca llegarás a subir a tu muro de Facebook, Snapchat ni a tu Instagram.
Pues bien, estos tiempos no pueden ser ni el paréntesis, ni la excepción, ni el peaje hacia una supuesta vida de verdad. Son, en cambio, espacios para prepararnos, aprender y aprovechar. Para vivir «asentados». Son tiempos –si quieres– para resistir y aguantar.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

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