“El cristianismo predica el valor infinito de lo que aparentemente no tiene valor, y la infinita falta de valor de lo que aparenta ser muy valioso”.
Así definía el cristianismo el pastor luterano Dietrich Bonhoeffer, asesinado por los nazis en 1945.
Se acerca el Adviento. Dios nos da una nueva oportunidad para reordenar nuestras prioridades. Para que veamos el verdadero valor de nuestras acciones. Para que con Él -con Jesús- ordenemos de nuevo nuestra escala de valores.
Los cristianos que luchan día a día por ir dando a su vida un perfil mucho más evangélico se dan cuenta del enorme valor de lo sencillo, de lo pequeño y de lo que no es ostentoso.
De aquellas cosas que hacemos con el corazón, con un origen profundo y que tienen la autenticidad de las cosas verdaderas.
Acercarnos a Jesús durante este periodo de Adviento pasa por huir del ruido, del espectáculo y del exhibicionismo.
Buscar a Jesús para que Él nos ayude a encontrar quienes somos realmente. Sólo Él nos hace auténticos.
Espiritualidad Ignaciana
Ciao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario