martes, 27 de febrero de 2018
El mundo cuando conversas
Admiro a la gente que tiene capacidad de conversar. No a los charlatanes, de verborrea incesante pero a veces hueca. Tampoco a quienes se escuchan a sí mismos, y entienden que el otro es únicamente público.
Admiro a esos otros que son capaces de compartir historias, bucear en sus vidas, comunicarse desde la alegría y el dolor, desde la palabra y la mirada… No necesariamente con conversaciones trascendentes o profundísimas.
A veces es el comentario de la última noticia, la narración sencilla de lo ocurrido en la jornada o la pregunta sincera por el otro. Y es que cuando conversas de verdad, cuando compartes un poquito de ti y del otro, parece que el mundo es más cálido.
Ciao.
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