martes, 7 de agosto de 2018

Sigue adelante


Hay quienes viven encadenados a una herida que desde el momento de sus vidas en el que se produjo, jamás ha dejado de supurarlas.
Personas todavía amargadas porque hace diez o veinte años (a veces, hasta incluso más) alguien les hizo algo que les dolió en lo más profundo y de lo que aún no se han logrado recuperar.
Pasado el tiempo prudencial establecido para superar cualquier duelo, ellos aún llevan muy dentro el dolor y siguen dándole vueltas a diario a su pesadumbre, torturándose con sus errores y rencores y clamando acaso justicia.
¿Esto es vida? Por supuesto que no lo es.
No se puede vivir mirando permanentemente atrás y sintiéndose víctima de por vida de un agravio.
Y no se puede, porque hacerlo es tirar por la borda ...

Ciao.

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