A nuestro alrededor, coexisten y circulan incesantemente una infinidad de corrientes energéticas de diverso nivel vibratorio: Desde el más ligero y luminoso (feliz) hasta el más oscuro y pesado (doloroso).
A través de nuestros pensamientos nos estamos enchufando a cada instante a estas corrientes energéticas que en última instancia son las que determinan el curso de nuestras vidas.
Cada uno de los pensamientos que tenemos, está provocando en nosotros una sensación o emoción generadora de una onda energética de un determinado nivel vibratorio (luminoso u oscuro) que nos conecta instantáneamente con una corriente de un nivel energético similar.
Las consecuencias de nuestros pensamientos:
Quizás te estés preguntando cuáles son las consecuencias prácticas de enchufarnos a una u otra corriente. No exageraría si te dijese que esas consecuencias son las que van a determinar el rumbo de tu vida, tus experiencias, tus vivencias y tu grado de bienestar en un futuro más o menos próximo, más allá incluso de esta experiencia humana.
¿Quiere decir esto que si tengo un pensamiento “malo” me veré irremediablemente envuelto en vivencias y emociones indeseadas? No necesariamente.
Ante un pensamiento oscuro propuesto, por nuestro ego, podemos hacer dos cosas: Prestarle atención, enfocarnos en ese pensamiento o situación desagradable y vernos embebidos en la consecuente emoción dolorosa enchufándonos así a un tipo de corriente que automáticamente nos lleva a experimentar situaciones en las que recrear esta emoción una y otra vez; o por el contrario, podemos enfocarnos, ya en el momento en que aparece el malestar, en un pensamiento consciente y constructivo, de una situación más agradable, permitiendo así su correspondiente nueva emoción, y de ese modo, lo que estaremos creando, reiteradamente, también será agradable.
Aquello en lo que nos enfocamos creamos:
Por el principio universal de la co-creación, tienes el poder irrevocable de crear tu vida en base a las corrientes a las que te conectes a través de tus pensamientos y emociones. Pero, ¿Cómo saber, a cada momento preciso, si estás enchufado a una corriente oscura o luminosa, si estás expandiendo Luz u Oscuridad? O dicho de otro modo, ¿Cómo saber si le estás dando importancia al ego o al Corazón?
Las emociones son las que te van a servir de indicador para saber a qué tipo de corriente energética te estás enchufando. Cada vez que sientas una emoción agradable será indicio de que estás conectado a una corriente luminosa y así creando una vida de bienestar. Por el contrario, cada vez que sientas una emoción dolorosa o te aburras o no sientas ningún tipo de emoción estarás enchufado a una corriente oscura y por tanto creando sufrimiento en tu vida.
Sí, realmente es tan sencillo como esto: Cada vez que te sientes “bien” estás expandiendo Luz mientras que cada vez que te sientes “mal” estás expandiendo tu Oscuridad.
Seguro que has escuchado la expresión “levantarse con el pie izquierdo”. Si nos levantamos malhumorados, tristes o sintiendo impotencia y permanecemos en el malestar, nos estamos enchufando ya desde el despertar o incluso antes, a corrientes oscuras y lo más frecuente es que, de no hacer nada para remediarlo, terminemos viviendo un día desastroso, donde el malestar sea la tónica. Mientras que si nos levantamos “con buen pie” el resultado suele ser igual de agradable que ese maravilloso despertar.
Tu ego necesita cuidados:
El ego, acostumbrado a hablar y pensar incesantemente a través tuyo, como en cada uno de nosotros, sin ser acallado ni tranquilizado, está continuamente proponiéndote pensamientos negativos. Esos pensamientos negativos, de los que en la mayoría de las ocasiones no somos conscientes, van a provocar en nosotros toda una variedad de emociones oscuras y por tanto dolorosas.
El problema es que la mayor parte de las veces ni siquiera somos conscientes de que el ego nos habla. Según diversos estudios científicos, el noventa y seis por ciento de nuestras acciones están motivadas por pensamientos y sentimientos que están fuera de nuestro propio nivel de conciencia. Dado que tenemos entre cincuenta y sesenta mil pensamientos al día, y la mayoría son propuestos por nuestros egos, es completamente imposible controlarlos todos.
No obstante existe una solución tan sencilla como eficaz: prestarle atención a nuestras emociones y elegir, a cada instante, potenciar los pensamientos que nos hablan de lo que realmente es importante para nosotros, en el aquí y ahora.
Cada vez que te sientas “mal”, haz algo deliberadamente para aumentar tu vibración, para salir de esa vibración baja: escucha música, baila, canta, lee un buen libro, date un baño, regálate unas flores, date un paseo por la naturaleza, etc.
¡Recuerda! Cuanta más felicidad sientas, más agradables serán tus experiencias futuras.
¿No te parece maravilloso?
Anne Astilleros
Ciao.
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