sábado, 24 de noviembre de 2018

Caminar


Existen distintos modos de caminar la vida. Están quienes caminan encorvados, como aplastados debajo de su propio peso. O los que en lugar de caminar, corren, apresurados por llegar a destino y sin apreciar el paisaje de la ruta.
Están también, los que caminan centrados en sí mismos, sin mirar hacia los costados, ni registrar a quienes caminan a su lado.
O los que transitan su camino con los ojos clavados en el universo que se abre en las pantallas de sus celulares, algunos prácticamente convencidos de que la vida se encuentra más ahí que en el contacto real, de carne y hueso, que tenemos con el mundo.
Y también está el modo de Jesús. Jesús caminaba con la cabeza erguida. Estaba muy seguro de quién era, por lo que podemos decir que era dueño de sí mismo, pero no para sí mismo.
Jesús era para los demás.
Así, contemplaba la realidad, porque sabía que esa era la única forma de mirar a los ojos a quienes caminaban con Él. Y no los miraba superficialmente.
Jesús se dejaba conmover por sus historias, por todo lo que eran, y luego actuaba en función de lo que veía, para devolverles su dignidad. Hoy te preguntamos.

¿Cuál es tu modo de caminar?

Ciao.





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