miércoles, 21 de noviembre de 2018

Pequeñas cosas, grandes deseos


Es en la sucesión de pequeñeces de nuestra vida diaria en donde se realizan nuestros más grandes deseos.
Lo grandioso se realiza en lo pequeño. Lo que hacemos todos los días es lo que nos llevará hacia aquello que queremos conseguir.
 ¿No te ha pasado, alguna vez, de sentirte obnubilado ante la magnitud de tus deseos? ¿O sentirte escaso de herramientas, de medios?
Existen numerosos tipos de deseos.
Los más profundos son los que nos llevan a delinear un proyecto de vida o un modo de ser.
Estos deseos no son únicamente nuestros, sino que son los deseos de Dios para nosotros. Como la luna se une con el sol en un eclipse, estos deseos están eclipsados por los propios deseos de Dios.
Por eso: Paz, que Jesús responde a los deseos, a su modo y a su tiempo. Y no para darnos el gusto o cumplirnos un capricho, sino porque, en verdad, son también esos mismos deseos los que Él tiene para nosotros.

Ciao.

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