domingo, 16 de diciembre de 2018

Dar al tiempo su tiempo


Si leísteis el Principito, seguramente recordaréiss ese fragmento en el que el zorro le dice que “Solo se conoce bien aquello que se doméstica (…) los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada”. 
Lo que el zorro intenta decirle al Principito es que para amar a algo o a alguien, es necesario conocerlo de verdad. Y que para conocer de verdad, se necesita tiempo. 
Cuando hablamos de tiempo, podemos encontrarnos con tiempos agitados, de rutina, de ir y venir, muchas veces a las corridas.
Por otro lado, podemos encontrarnos con tiempos detenidos. Tiempos en los que la vida parece haberse quedado paralizada. Tiempos en los que el tiempo no fluye, mientras que nosotros estamos apurados.
En momentos así, se vuelve interesante el mensaje del zorro. Para amar todo lo que puede ser amado (pensemos en un trabajo, una tarea, y por supuesto en nosotros mismos y en nuestros hermanos) necesitamos darnos tiempo.
Necesitamos darle al tiempo su tiempo, y aprender a ser pacientes en la espera, cimentados en la confianza de que aquello que tarda en crecer muchas veces es lo que más perdura.
En este tiempo de Adviento, quizás una gracia que podemos pedir es esa: La de darnos el tiempo para aprender a amar.

Ciao.

No hay comentarios: