domingo, 30 de diciembre de 2018

Misterio Navideño


¿Cómo entenderte sin apresarte? ¿Cómo comprender lo que, de algún modo, nos desborda? ¿Cómo percibir el sentido de tu encarnación, de tu nacer tan frágil, de tu hacerte uno de los nuestros? 
Dios Niño, misterio para quienes confunden poder con dominio y grandeza con triunfo. Realeza vestida de harapos y acunada en un pesebre. En este tiempo de Navidad, nos arrodillamos, una vez más, ante Ti, Niño, respuesta de Dios a nuestras preguntas, y tratamos de comprender.

MISTERIO NAVIDEÑO. - ENTONCES…
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará desde lo alto un amanecer que ilumina a los que habitan en tinieblas y en sombras de muerte, que endereza nuestros pasos por un camino de paz. (Lc 1,78-79) …Ocurrió algo que lo cambió todo. 
En un momento de la historia que probablemente pasó desapercibido para la mayoría. En un rincón perdido del mundo. En un instante como tantos otros instantes. Un parto, lloros de un bebé, alegría en sus padres, preocupación por el futuro. Nada nuevo, en apariencia… Y, sin embargo, ahí arrancaba el corazón de la Historia. Ahí echaba a andar una Vida que había de transformarlo todo. Ahí Dios mostraba su poder, empezando su camino desde abajo.
Trato de comprender lo que supuso el nacimiento de Jesús para María, para José, para los pastores, para Herodes.

MISTERIO NAVIDEÑO. - …AHORA
Cuando los Ángeles se marcharon al cielo, los pastores se decían:
- Crucemos hacia Belén, a ver lo que ha sucedido y nos ha comunicado el Señor. (Lc 2,15-16)
Y sigue siendo Navidad en cada historia, en cada casa, en cada vida que se abre al Misterio. En cada verbo que se hace eco de las palabras de amor auténtico, de justicia y de paz.
En cada gesto que arropa al débil en su desposesión.
En cada mensaje que hace que los pastores de todos los tiempos se sientan un poco menos excluidos; en cada mago de Oriente que planta cara a las convenciones y a los poderosos para buscar, en el portal, la grandeza oculta. Sigue siendo Navidad en mi vida, en tu vida, si dejamos que el evangelio acampe en nuestras estancias.
¿QUÉ HAY HOY, AQUÍ Y AHORA, DE NAVIDAD VERDADERA EN MI VIDA?

UNO DE LOS NUESTROS
• Cuando Dios emerge en la historia, aparece entre nosotros, se hace persona, no elige ser un VIP, viajar en clase reservada, aislarse detrás de muros y alambradas o gozar de la protección de una cuenta corriente saneada. No viene protegido por ejércitos de guardaespaldas, ni asediado por los flashes de la prensa. Por no traer, ni siquiera trae un pan bajo el brazo.
Viene, más bien, con unas cuantas preguntas para los que le rodean: ¿Cómo puede ser? ¿Qué sentido tiene todo esto?
Extraña forma de omnipotencia, la de este Dios transeúnte, que nace en la intemperie de un portal. Pero es la magnífica forma de Dios de acercarse al ser humano. Porque Dios se hizo pobre, frágil, vulnerable. Y por eso va a resultar tan creíble para los pobres, los frágiles y los vulnerables. No vino como un superhéroe, cargado de poderes y prebendas. Su fortaleza está en descubrir (nos) la grandeza del ser humano. El increíble poder del amor al prójimo, capaz de salvar todo tipo de distancias. Su fuerza está en devolver la esperanza a los desesperados, la dignidad a los desarrapados y la entereza a los más rotos.
Y por eso, porque se hizo uno de los nuestros, podemos ahora brindar, en expresión de alegría. Brindar con el agua viva, con el vino compartido, en una mesa en la que no debería haber comensales de segunda categoría. Un brindis que es deseo, compromiso y proyecto: escucharemos tus palabras, seguiremos tus pasos y buscaremos tu Reino.

• José Mª R. Olaizola SJ

Ciao.

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