Somos un tesoro

Cuando hablamos de ser todo lo más que podemos llegar a ser (más amorosos, más compasivos, más generosos) no lo hacemos para quedarnos con este “más” solo para nosotros.
Somos un tesoro, y solo tendremos sentido en la medida en la que compartamos ese tesoro con los demás, como hizo Jesús. Todo lo que se nos ha otorgado gratuitamente ha sido para que lo demos también gratuitamente. Para que salgamos de nosotros mismos, derribando nuestros muros y egoísmos, y brindemos nuestros talentos y capacidades al mundo.
Cuando se enciende una luz, como la que cada uno de nosotros lleva en su interior, no debemos taparla ni esconderla, sino ofrecerla, poniéndola a disposición. Al hacerlo, no se le apaga a nadie, sino que por el contrario, al sumar nuestras luces, nos encendemos todos.
Pidamos hoy la gracia de poder ser, cada uno desde su lugar y según su modo de ser, luces para el mundo.

Ciao.