Esto nos vendría bien recordarlo a muchos, muchas veces. Así nos lo plantea Agus Couto Picos.
Hay una frase que he escuchado y leído con frecuencia que me hace mucho bien: Se puede vivir EXIGIENDO o AGRADECIENDO.
Son de esos juegos de palabras que enseguida te ayudan a aterrizar y a cambiar el chip de los ritmos y de la vida exigente que llevamos.
Llevo unos días que me ha surgido otro juego de palabras que me esta ayudando: Se puede vivir EXIGIENDO U OFRECIENDO.
Creo que estamos en un momento de gran exigencia a los demás, a los situaciones, a los profesionales... Se trata de una exigencia feroz que destruye y arrasa sin piedad a las personas y situaciones, perdiendo muchas veces las formas y el respeto a la persona.
Nos ponemos enseguida en modo EXIGENCIA: Es que yo me merezco, es que tengo derecho, es que me tendría que pasar a mí... Y esto nos está generando gran cantidad de ansiedad y frustración que termina muchas veces en procesos psicológicos complejos y en ocasiones en el abuso de medicamentos para salvar ese nivel de exigencia, tal como nos están mostrando los datos de consumo de fármacos en nuestros jóvenes.
Por eso creo que tenemos que salir del modo EXIGENCIA y poner el modo OFRECER. Esto nos libra de los malos egos, de creernos el centro del mundo, de los procesos mentales insanos... Y nos abre a la dimensión de realización personal que da sentido a nuestra vida que no es otro que vivir para los demás haciéndonos prójimos.
Esto no quiere decir que seamos unos utópicos y no tengamos que exigir que las cosas mejoren a nuestro alrededor, ni mucho menos, sino que se trata de salir de ese modo egocentrista y protagonista que nos hace sentirnos el centro del mundo, creyéndonos que la vida y los demás están para servirnos a nosotros.
Cuando yo dejo de exigir y me pongo a ofrecer lo que soy me siento en sintonía conmigo mismo y con mi esencia, porque no nos engañemos, estamos llamados en el fondo de nuestro ser a ser prójimos y a encontrar el sentido pleno de nuestras vidas en amar al prójimo como a mi mismo al estilo de Jesús de Nazaret que vivió no exigiendo sino ofreciéndose.
¡Adelante!
Agus Couto Picos
Ciao.
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