Hablar de muros está de moda. Los más mencionados en los medios son los que se levantan para intentar evitar la migración internacional.
En nuestro día a día tenemos poca influencia sobre esos, pero hay otros sobre los que tenemos una capacidad de actuación mucho mayor.
Existen barreras invisibles, tan efectivas o más que los grandes muros que separan países.
En ocasiones nos vienen impuestas y otras las ponemos nosotros: Rencores, antipatías, prejuicios...
La fe en Jesús nos invita a derribar esos muros. Una bonita oración para hoy puede ser pedirle fuerza para derribarlos. Muchas veces es suficiente con sólo estirar la mano, pero no podemos hacerlo sin su ayuda.
Espiritualidad Ignaciana
Ciao.
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