jueves, 23 de mayo de 2019

Vamos hacia adelante


Si hay algo que es seguro, es que la vida es un continuo avance. Que el tiempo se mueve en una sola dirección: Hacia adelante, y en su avance nos transforma.
Por eso, podemos decir que vivir en el tiempo equivale a cambiar. Y es este constante cambio es lo que nos hace crecer.
Sin embargo esto de crecer no siempre es un proceso lineal. Crecer es (con un poco de suerte) el resultado de asumir e integrar lo que nos pasa en la vida.
No implica solamente caminar hacia adelante, sino también dar pasos en falso, estancarnos, o retroceder uno o dos pasos de vez en cuando.
Es propio del caminar y del crecer el sentirnos perdidos de tanto en tanto. Pero perdernos no es tan terrible. Nos permite recalibrar la brújula, repensar el camino.
Estas instancias son una buena oportunidad para poner la propia vida en diálogo con Dios, y con Él aclarar incertidumbres, para buscar nuevos rumbos.
Lo importante quizás es seguir caminando, aun sabiendo que cada uno tiene sus propios tiempos. No hay un reloj universal o una fórmula mágica para sortear los embates del tiempo. Y así como cada persona es única, también lo es su camino, su reloj y sus pasos.
Hoy te invito a confiar en la sabiduría de tu propio reloj. Y a confiárselo a Dios en toda circunstancia.

Ciao.


No hay comentarios: