sábado, 20 de julio de 2019

El verano cristiano


1.- Es tiempo adecuado para fortalecer los vínculos familiares.

2.- El verano no es excusa para vivir al margen de la fe. ¿Acaso dejamos de comer o de beber en estos meses?

3.-  El verano es un tiempo para saborear, como dice el Papa Francisco en “Laudato si” la belleza de lo que no está corrompido.

4.-  Es un soplo a nuestro cansancio. El verano es procurar fortaleza a las partes más dañadas de nuestras personas.

5.-  Es aliento por la oración. Participa en la eucaristía dominical. El verano puede ser relax y relajamiento. ¿También de nuestra fe?

6. - Es alimento y fraternidad. El verano es tiempo de conquistas de nuevas amistades y de recuperar viejos amigos.

7.- Es punto y aparte de nuestros problemas.El verano es dejar de lado aquello que nos estorba.

8.- Es familia que disfruta todos a una. El payaso profesional es aquel que, aun estando llorando por dentro, hace feliz al que está sollozando por fuera.

9.- Es piscina de perdón. El verano es tiempo de curar heridas.

10.- El verano no es diluirse en el vicio y capricho. No es dejar de lado a los tuyos. No es abandonar la práctica de la fe y mucho menos la misa de cada domingo.

Un cristiano tiene derecho a sus vacaciones pero, un cristiano, nunca guarda vacaciones en su fe.
¿Acaso podemos vivir sin respirar? Dios, los Sacramentos, la Oración, la Lectura Espiritual, la Visita al Santísimo, una obra de caridad es el mejor SOL, LA MEJOR PLAYA, EL MEJOR MONTE Y EL ÓPTIMO VIAJE TURÍSTICO que podemos realizar.
Lo contrario, en la vida de un cristiano, es más de lo mismo sin lo esencial: ¡DIOS!
¡FELIZ VERANO!

Javier Leoz Ventura

Ciao.

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