Una pregunta, «¿Me amas?» Que desencadena huracanes por dentro. Porque ahí estamos todos, buscando el amor verdadero.
Esa es, quizás, nuestra raíz y nuestra esencia, nuestra más profunda fuerza, lo que a veces nos rompe, pero otras nos sube al cielo. Podemos amar y ser amados.
Vivimos anhelando encuentro, caricia, palabra de comprensión y reconocimiento.
Decimos de Dios, del que somos imagen, que es amor. Y cuando miramos alrededor y vemos a los otros, soñamos con vivir desde la cordialidad de unos brazos que se estrechan, unos ojos que se comprenden o unas manos que se enlazan.
Pastoral SJ
Ciao.
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