viernes, 8 de noviembre de 2019

La presencia de Dios en los malos momentos


Hay momentos de nuestra vida en los que lo pasamos realmente mal. Pensamos que estamos solos y que nadie nos comprende, incluso llegamos a dudar de la presencia de Dios. Son tiempos de oscuridad en los que nos sentimos aislados y enfadados con todas las circunstancias que nos rodean.
El problema es que no nos damos cuenta de todas las otras cosas buenas que tenemos.
Especialmente, podríamos hablar de la presencia de tantas personas que nos acompañan durante nuestra travesía en el desierto.
Son hombres y mujeres que no tienen la solución a nuestras inquietudes, pero nos escuchan, rezan por nosotros y se sientan a nuestro lado para decirnos que no estamos solos. Estas personas son la presencia de Dios en nuestro sufrimiento. Por ello, podemos animarnos a pensar que también nosotros podemos ser alguien especial para otro que lo está pasando mal, rezar por él, decirle alguna palabra consoladora y así llevarle a Dios a su vida.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

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