miércoles, 6 de noviembre de 2019

Nuestros sueños


La vida conducida por largos sueños sin profundizar en el ser, nunca despertará, realidades y satisfacciones.
Largos sueños, carentes de bases contundentes que sirvan de sustentación, terminarán perdidos en lo irrealizable e inalcanzable.
Esas bases contundentes, crearán soportes que permitirán acercar a lo deseado.
De no existir los soportes, se cuestionará la viabilidad y quedarán envueltos en simples ilusiones.
Vivir de ilusiones, distraerá de la responsabilidad con que deberá llevarse la vida.
Contener los sueños, demanda, importante expresión de fortaleza para hacerse probables.
Conocerse interiormente, identificará condiciones que proyectarán, razones fundamentales y no meras pretensiones.
Intentar recorrer la vida con sueños imposibles de conquistar, encaminará a desanimar y desvalorar los días restantes de la existencia.
Soñar no es malo, pero hay que tratar, no convertirlo en ficción.
El soñador, no concretiza expectativas a desarrollar en la vida.
Los sueños ambiciosos distan de la capacidad personal del soñador.
El mismo, plantea una vida rodeada de fantasías que entorpecerán a disfrutar posiciones reales.
El soñador es inconformista e inaceptable de sí mismo, por no arribar a lo propuesto, debido, a la falta de valoración para interpretar y posibilitar las ideas.
Hay sueños justos que armonizan y solidarizan con la persona y la vida.
Los sueños necesitamos convertirlos en reales, pues, de lo contrario, persistirán siendo sueños.
Los sueños sin concretizar, distorsionarán y mantendrán al soñador, atrapado en el vacío.
Aprendes a soñar, a partir, de quien eres interiormente, entonces, la vida tomará rienda segura.

¿Logras hacer realidad los sueños concebidos?

Leonardo Andujar Zaiter


Ciao.

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