viernes, 10 de enero de 2020
Experimentar la libertad de quien vive la Palabra
Empecemos reflexionando sobre lo que nos aprisiona, para entender mejor qué tipo de libertad nos brinda la Palabra.
Los vicios, el apego a las cosas materiales, el apego exagerado a las personas y a las propias ideas.
Podemos convertirnos en rehenes del odio, de la envidia, de la soberbia y del orgullo, de la banalización del erotismo y de la violencia, etc.
Muchas de estas “prisiones” pueden ser sutiles y sólo nos damos cuenta cuando vemos que nos hacen infelices.
Vivir la Palabra de Dios nos hace volver a la verdadera vida, a la libertad de amar sin hacer distinción entre las personas, a ser los primeros en amar y a reconocer la presencia de Dios en cada persona.
Nuestra libertad empieza con el “amar al prójimo como a nosotros mismos”, con el “amarnos unos a los otros”. Nuestra libertad es la libertad de amor puro, libre de apegos y pretensiones.
Apolonio Carvalho Nascimento
Ciao.
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