domingo, 16 de febrero de 2020

Miedo a lo nuevo


Siempre se ha hecho de esta manera… Debe continuar igual... Haciéndolo así me siento más tranquilo… Hay que seguir el mismo camino de siempre… Son algunas de las frases que escuchamos o que nosotros mismos decimos o nos decimos.
Y es que la novedad nos genera siempre algo de miedo. Preferimos permanecer seguros, siguiendo siempre los mismos caminos, a través de los mismos métodos, tener todo bajo control.
Esto lo aplicamos a muchas dimensiones de nuestra vida, de nuestras relaciones con los demás, de nuestra vida en iglesia, incluso de nuestra relación con Dios.
Lo nuevo nos genera inseguridad, son saca de nuestras zonas conocidas y sin embargo también nos permite avanzar.
Hoy más que nunca nuestra humanidad, nuestra Iglesia, nosotros mismos necesitamos tener la valentía de vencer el miedo al cambio.
Abrirnos a la novedad del Dios que quiere caminar con nosotros. Dejarnos conducir por la fuerza del Espíritu que quiere llevarnos por caminos siempre nuevos, dejar que nos lleve más allá de nuestros horizontes limitados o egoístas y abrirnos a los suyos, cargados de esperanza.
Hoy podemos preguntarnos: ¿Estoy abierto a la novedad del Espíritu de Dios?

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

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