Ante la actual crisis que vivimos, corremos el riesgo de dejarnos condicionar por el miedo. Desconfianza, egoísmo, compras desproporcionadas, etcétera, son muestras de ese sentimiento interior que nos condiciona.
El miedo hace brotar en nosotros actitudes que nos deshumanizan, este no viene de Dios y no lleva a Dios. Ante el miedo la virtud cristiana a la que estamos llamados es la confianza.
Un gran maestro de la confianza es San José. Él puede ayudarnos a liberarnos del miedo y entrar en la dinámica de quien se sabe invitado al proyecto de salvación.
José escuchó la voz de Dios que le dijo “no temas” (Mt 1, 20). Contra las adversidades propició un espacio en donde naciera nuestro Salvador (Lc 2, 7). Llevó a su familia a Egipto para protegerlos de las amenazas de Herodes (Mt 2, 15). Todo esto lo logró porque aprendió a confiar, con la misma confianza que Dios tuvo hacia él.
Dios continúa confiando en la humanidad. Como confió en José, Él sigue confiando que, aún en medio de las adversidades, podemos seguir llevando adelante su proyecto.
Podemos seguir custodiando su Evangelio, podremos seguir sembrando la esperanza. Hoy más que nunca estamos llamados nutrir nuestra confianza, en Dios y en nuestra humanidad.
San José... Ruega por nosotros.
Espiritualidad Ignaciana
Ciao.
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