lunes, 27 de abril de 2020

Silencio de amigos en confianza


Todos hemos experimentado la incómoda sensación que se produce cuando hay momentos de silencio ante una persona a la que no conocemos tanto. Aceleramos nuestros pensamientos buscando temas de conversación que vayan más allá del clima o el fútbol, o ideamos actividades que hacer para no tener que callar.
Evitamos a toda costa estar en silencio, pues creemos suponer lo que el otro está pensando de mí. Sin embargo, el silencio es reflejo de lo que somos y lo que somos no siempre nos gusta.
Ese hablar sin decir nada, el ruido ensordecedor en medio del cual vivimos, la imposibilidad de estar sosegados, es expresión del temor e inseguridad que nos causa lo desconocidos que somos para nosotros mismos. Pero estando en confianza las cosas cambian.
Afortunadamente, también hemos experimentado el maravilloso silencio que se busca y cuida al estar con amigos de toda la vida o junto a quienes amamos. Sabemos que podemos pasar horas, simplemente estando uno al lado del otro, sin necesidad de decir nada, pues las palabras romperían el encanto y la comunión creada en torno al silencio.
Contemplar junto a otro un paisaje u obra de arte, cuidar de un ser querido enfermo, caminar sobre las hojas en otoño, abrazar al que me busca para llorar o celebrar, compartir una taza de té, escuchar la confesión de un deseo íntimo, son todas ocasiones de hacer silencio... De hacernos silencio.
No hay necesidad de más. Todo está dicho y por eso se calla. No se trata del silencio del que no quiere escuchar, sino todo lo contrario. Disfrutamos del amor silente, de la mirada cómplice y comprensiva, de la compañía incondicional mucho más que de las palabras.
“Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía”, dirá el Principito a su rosa amada.
¡Y es que eso es! Amas aquello a lo que dedicas tiempo, suspiros, silencios y trasnoches. Amas a aquellos con los cuales puedes estar en silencio, porque sabes que la ausencia de palabras no es castigo mutuo, no es un no querer oír, no es expresión de juicio ni indiferencia.
El silencio, entonces, se transforma en acogida, respeto, contemplación y admiración. El silencio expresa el amor que las palabras no logran decir. Callar estando solos, es evidencia de cuánto nos amamos. Callar estando con otros, refleja el amor y la confianza incondicional.

¡Anda! Atrévete a pasar tiempos en silencio contigo y con los que amas. Ya verás cuánto aprendes sobre el amor y cómo tus relaciones se hacen más genuinas y profundas.

Pablo Kramm, SJ

Ciao.




No hay comentarios: