miércoles, 13 de mayo de 2020
¿Puedo agradecer por algo en tiempo de Coronavirus?
En tiempos difíciles como los que vivimos en esta pandemia, ser agradecido es una manera de combatir la desolación que se puede ir generando en nosotros a partir de las frustraciones cotidianas.
Muchos sentimos frustración por el confinamiento, por no regresar a nuestras actividades cotidianas, por no encontrarnos con nuestros seres queridos y compañeros de trabajo.
Si sólo miramos aquello que nos frustra, terminaremos viendo el mundo como tragedia.
Un buen ejercicio es mirar y agradecer todo aquello que sí hemos podido vivir, reflexionar y hacer desde que comenzó la cuarentena.
1. Haz el recuento de cuánto tiempo llevas viviendo el confinamiento. Al inicio se percibía todo muy incierto y catastrófico. Con el paso de los días, hemos ido desarrollando una capacidad de adaptación a un nuevo modo de vivir y también han sucedido cosas buenas.
2. Haz el recuento de lo bueno que ha sucedido en tu persona. Quizá aprendiste a estar contigo mismo, haz hecho las paces contigo en algunos temas, has dormido más o has terminado asuntos pendientes.
3. Haz el recuento de cómo te has relacionado con las personas con quienes vives en casa. Aunque salen los defectos también salen las virtudes. Cuáles virtudes han salido a relucir.
4. Haz el recuento de cómo estás reaprendiendo a relacionarte con tus seres queridos. Nuevas maneras de comunicación en línea, o les llamas con más frecuencia, han hecho las paces de algo, etc.
5. Haz el recuento de las nuevas habilidades que has desarrollado en las labores de la casa, en temas intelectuales, laborales, físicos y espirituales.
6. Haz el recuento de cómo la pandemia te ha movido a repensar más en el sentido de tu vida, en el rumbo de tus proyectos y si ese rumbo te lleva a amar y servir más a Dios y a los demás.
7. Escribe todo lo anterior y agradece a Dios y a quienes han estado a tu lado y te han ayudado a crecer en este tiempo de dificultad.
Que esta experiencia nos ayude a pensar, sentir y buscar profundamente el sentido de nuestras vidas. Quizá es una oportunidad para encontrar aquello que nos ayude a más amar y servir.
P. Jorge Becerra, SJ (México)
Ciao.
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