sábado, 30 de mayo de 2020

Si perdemos el rumbo...


Hay días en los que parece que perdemos el rumbo, que nuestras búsquedas no tienen sentido, que los afanes están vacíos. Días en los que nos sentimos cansados, frustrados o inseguros. Vienen a nuestra vida, esos días en que necesitamos unos brazos que nos sostengan, una palabra amiga que nos anime, un corazón cercano que nos escuche, que nos comprenda y sin juzgar guarde silencio junto a nosotros.

Son esos días en los que necesitamos volver. Es decir, necesitamos ir a la fuente, volver a Aquel que nos sostiene, que corre a nuestro encuentro con los brazos abiertos (Lc 15,20), que nos ofrece el descanso (Mt 11,28), que nos escucha y comprende sin juzgarnos (Jn 3,17), que nos ama hasta el extremo (Jn 13, 1). 
Son esos días en los que la ternura de Dios esta a la puerta de nuestras vidas. Esos días en los que sus brazos nos esperan, porque su amor es siempre más fuerte. En esos días no dudemos en volver.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

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