jueves, 17 de septiembre de 2020

Querido humano: Entendiste todo mal


No viniste aquí para perfeccionar el amor incondicional.
De allá es de dónde vienes y allá es a donde volverás.
Viniste aquí para aprender:
El amor personal.
El amor universal.
El amor complicado.
El amor transpirado.
El amor alocado.
El amor fragmentado.
El amor entero.
El amor inspirado en la divinidad.
El amor tropezado.
El amor demostrado por la belleza de echarlo a perder frecuentemente
No viniste aquí para ser perfecto. Ya lo eras.
Viniste a aquí para ser hermosamente humano.
Defectuoso y fabuloso.
Para luego elevarte de nuevo y quedar solo como un recuerdo.
¿Pero el amor incondicional?
Córtala con ese cuento.
El amor, en verdad, no necesita ningún otro adjetivo.
No requiere modificadores.
No requiere perfección.
Sólo pide que te muestres.
Y que hagas lo mejor que puedas.
Que estés presente y te sientas lleno.
Que brilles, que vueles, que te rías, que llores, que te lastimes, que te cures, que te caigas, que te levantes, que juegues, que trabajes, que vivas, que mueras, siempre a tu manera.
Eso es bastante y es suficiente.

Courtney Walsh


Ciao.

No hay comentarios: