El mayor testimonio de esperanza es abandonarse completamente en las manos de Dios. Lo único que Dios nos pide es que delante de cualquier dificultad sigamos amando, el resto Él lo resuelve.
Cuando seguimos amando delante de los problemas y de las pruebas, tenemos la luz. Y con ella no perdemos la esperanza.
No podemos evitar las dificultades, pero delante de cada una de ellas podemos decidir si actuamos solos o junto con Dios.
Nunca estamos solos cuando tenemos fe, esperanza y caridad; cuando nos abandonamos en las manos de Dios; cuando tenemos la seguridad de su intervención en nuestra vida, cuando amamos siempre.
“Los que en Él confían recuperan fuerzas, y les crecen alas como de águilas. Correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse.” (Id. 40,31)
Apolonio Carvalho Nascimento
Ciao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario