viernes, 27 de noviembre de 2020

Mirar nuestro futuro


Aunque resulte a veces una osadía en nuestro tiempo, no podemos renunciar a mirar nuestro futuro.
Es comprensible que la inestabilidad de las circunstancias de la vida contemporánea nos centre en el hoy, pero muchas veces caemos en la trampa del inmediatismo, en la gestión calculada de la vida, de las instituciones y no en la visión que tiene Dios de todo esto.
“Miramos al futuro con los ojos del pasado. Vemos que en el pasado, la generación anterior a la nuestra no ha respondido a las expectativas creando un futuro para la siguiente generación. Por eso miramos al futuro sin grandes esperanzas. Yo creo que tenemos que liberarnos del pasado y saber que el futuro depende de que nos pongamos en una situación creativa. Sin creatividad no vamos a ser capaces de acompañar a nadie en la búsqueda de nuevas respuestas, porque en nuestra formación hemos aprendido a responder a las preguntas del pasado, pero las preguntas nuevas son distintas”, decía el P. Adolfo Nicolás, SJ.
Dejar envejecer nuestra mirada de la vida nos detiene en el tiempo que ya no existe y dejamos de ser entonces el instrumento del hoy de Dios, que paradójicamente descubrimos con la mirada del futuro que el mejor lado del corazón nos deja ver.
Habrá que pasar por el aprender de nuevo, pero ¿No es en eso en lo que consiste vivir?

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

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