Todos tenemos , anhelos vacíos y deseos que quedaron en el olvido. Todos nos encontramos alguna vez, cara a cara, con ese límite que llamamos realidad y que nos dice «hasta aquí has llegado».
Todos caminamos alguna vez con el semblante triste, el alma cansada y el espíritu abatido.
No es fácil reponerse de los fracasos, todos lo sabemos, Pero también sabemos que no podemos seguir cargando lágrimas en los ojos, porque necesitamos ver con claridad la nueva oportunidad que nos sale al encuentro.
Aquellos hombres que iban a Emaús iban tristes, tal vez como muchos de nosotros, y Jesús se les acerca para encender de nuevo en ellos la esperanza. El Resucitado siempre está, aunque nos resulte difícil reconocerlo.
¡Levanta la cabeza! Una nueva oportunidad se abre a tu paso. Abre tu mente y corazón para descubrir la nueva vida que comienza.
Javier Rojas
Ciao.
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