Seguir a Jesús

Tomar en serio el seguimiento del Señor es una tarea personal. Requiere un trabajo diario de mantener la lámpara interior encendida.
El problema es que generalmente no nos tomamos el tiempo de escucharnos y las circunstancias terminan distrayéndonos de lo importante.
La parábola de las diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar a su esposo retrata este mensaje: Seguir al Señor implica estar atentos y disponibles al paso de Dios en nuestra vida cotidiana.
Necesitamos darnos cuenta de lo que pasa en nuestro interior. 

Es allí en donde Dios actúa. “¿Qué está haciendo en nuestra vida?” y “¿Qué quiere de nosotros?” son preguntas que las resolvemos escuchando y estando afinados al espíritu.
Pidamos la gracia de saber discernir el paso de Dios en nuestro día a día y que estemos con el aceite suficiente y las lámparas encendidas para responder cuando el Señor nos llame.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.